−Descripción de Isidora Rufete y su evolución
Isidora, al principio de la novela, es una chica joven y muy bella. Es de familia humilde. Al ser huérfana de madre ha estado viviendo en un pueblo con un tío suyo que es canónigo. Tiene un hermano, Mariano, que vive con otra tía suya en uno de los barrios marginales de Madrid; y su padre se encuentra recluido en un hospital psiquiátrico de la capital, en el que muere al principio de la novela.
La cualidad física más destacada de Isidora es su belleza. Desde un primer momento se muestra como una mujer hermosa. Por eso, muchos hombres se fijan en ella, y sus distintas relaciones amorosas van marcando las distintas fases y el desarrollo de la novela.
También desde un primer momento se advierte la gran ambición de Isidora: su deseo de ascender en la escala social. Isidora llega a Madrid con la intención de reclamar su puesto como heredera de la casa de Aransis y se comporta como tal. A pesar de su delicada situación económica, Isidora gasta su dinero, lo derrocha en lujos que no puede permitirse. Isidora se comporta, habla y piensa como un miembro de la alta sociedad, aunque provenga de una familia humilde: rechaza a los miembros de las clases bajas, intenta relacionarse con gente noble y adinerada... Poco a poco a lo largo de la novela va pasando por diferentes fases dentro de su situación: en ocasiones posee dinero y tiene relación con personas de clases sociales altas y entonces es feliz, gastando a su antojo y viviendo como lo que ella cree que es: una marquesa. Pero cuando atraviesa situaciones complicadas su forma de actuar no cambia: su gran orgullo sale a la luz y sigue pretendiendo mantener sus lujos y sus pretensiones aun sin dinero. Esto da lugar a situaciones cómicas.
Isidora no trabaja en ningún momento durante la novela para salir adelante, ni siquiera cuando tiene un hijo al que mantener. Existen partes en las que quiere reformarse, siempre aconsejada por Miquis y por Don José.
Éstos le dicen que se ponga a trabajar y que lleve una vida honrada, aunque sea humilde, olvidando su supuesta nobleza, pero ella no puede hacerlo, está atrapada en su propia fantasía de lujo y riqueza.
Poco a poco la situación de Isidora empeora, cayendo cada vez más bajo, llegando incluso a estar en la cárcel.
Y cuando se descubre que no es heredera de la casa de Aransis no quiere creerlo. En ese momento todo su mundo se viene abajo. Su única ilusión en la vida se destruye y pierde la ilusión por vivir. Pierde todos sus valores morales y aparece muy desmejorada físicamente por todos los problemas que ha pasado. Finalmente se dedica a la prostitución, dejando a su hijo a cargo de su prima.
Isidora vive siempre de la ilusión de llegar a ser Marquesa y, en esa locura, se olvida del mundo real, dedicándose a vivir su fantasía.
−Paralelismo con la figura de Don Quijote
Básicamente, tanto Isidora Rufete como Don Quijote son dos personajes que están locos. Ambos viven una vida imaginaria de fantasía, aunque el origen de esta fantasía sea diferente. Don Quijote se cree un caballero andante porque ha leído demasiados libros de caballerías; e Isidora ha sido inducida a pensar que es la heredera de una noble casa, que fue abandonada por su madre y ha sido criada por una familia humilde, pero que no es la suya. Isidora vive una vida por encima de sus posibilidades económicas, despreciando la pobreza, e incluso a su propia familia. Isidora actúa de la forma en que se supone que una marquesa tiene que actuar, al igual que Don Quijote asume su papel de caballero andante. Ambos personajes creen ser algo que en realidad no son y viven la vida de quienes creen ser.
Otro paralelismo que podemos encontrar entre ambos es que los dos sirven a su autor para criticar aspectos de la sociedad de la época. Cervantes utiliza a Don Quijote para criticar el auge de las novelas de caballerías en el siglo XVII. Del mismo modo Isidora le sirve a Galdós para criticar el afán por alcanzar riqueza y ascender socialmente que existía en el siglo XIX. Los dos autores opinan que esos males sociales pueden terminar en locura, y ambos personajes tienen un fin dramático.
−Influencia del naturalismo en la novela
El naturalismo es una corriente literaria que extrema los rasgos del realismo. La más clara influencia del naturalismo en La desheredada es el determinismo, personificado en la figura de Isidora. Toda la forma de actuar del personaje a lo largo de la novela viene dado por su supuesto origen en la alta sociedad. Nos encontramos por tanto ante un determinismo biológico, pues por supuestamente haber nacido noble Isidora adquiere los rasgos característicos de su clase y se comporta como tal. Sin embargo, también podemos interpretar esto como una crítica al determinismo, porque se nos cuenta cómo, a pesar de no haber nacido noble, Isidora se comporta como si lo fuera, pues ella cree que es así. A lo largo de la historia en numerosas ocasiones Isidora apela a su supuesta condición social para justificar ciertas actuaciones o actitudes, o para dar explicación a sus situaciones.
Quizá otros rasgos del naturalismo no están tan definidos, pero sí se observa un acercamiento a ambientes más sórdidos y marginales de la sociedad, como la prostitución, y un intento de reflejar toda la realidad social por parte del autor. Sin embargo el narrador no es objetivo, sino que claramente da a conocer su opinión sobre las situaciones y personajes de la novela.
−Isidora y la sociedad española de la época. Crítica social
La desheredada ofrece un fiel reflejo de la sociedad de la época. Se describen con detalle en la novela todos los ambientes, costumbres e incluso aparecen hechos históricos reales. El autor nos muestra una sociedad urbana (la historia transcurre en Madrid), en la que las diferencias entre clases son enormes.
Isidora está en contacto constante con la sociedad y se relaciona con personajes de todo tipo, dando pie al autor a expresar las diferentes ideologías que existían. Por medio de Isidora el autor quiere criticar el afán por medrar en la sociedad a toda costa, la ambición de llegar a lo más alto como sea pasando por encima de todo.
En una época de tan agudas diferencias sociales, las personas aspiraban siempre a mejorar, a subir en la escala social y a aparentar ser más de lo que eran. Esto es lo que el autor critica enseñándonos a un personaje que cree ser más de lo que es y vive y actúa como tal.
También podemos observar una crítica al poder de la época por no cuidar e intentar mejorar la situación de las clases sociales más bajas y de las partes más marginales de la ciudad. Este aspecto aparece en la parte de la novela en la que Mariano mata a otro niño; en esta parte se defienden aspectos como la educación como medio para mejorar la sociedad. El barrio de las afueras de Madrid en el que transcurre el episodio se presenta como miserable, pobre y olvidado por las clases altas.
− ¿Se trata de una novela con moraleja? Explica el final de la obra y su sentido para ti
Sí se trata de una novela con moraleja, incluso el autor dedica un capítulo para exponerla y dar consejo al lector. Nos dice que si deseamos llegar a ser más de lo que somos, es mejor que lo hagamos por méritos propios y tener paciencia, pues es algo difícil y podemos acabar mal.
En el final de la obra, Isidora se ve privada de su ilusión de ser marquesa. Entonces pierde su ilusión por todo y se dedica a la prostitución para sobrevivir, dejando a su hijo con su prima. Es decir, Isidora cae a lo más bajo de la sociedad. En la novela se dice que ha muerto aunque no sea así, porque ya se ha perdido totalmente.
Creo que en la parte final de la obra el autor quiere demostrar como si intentamos ser más de lo que somos, si intentamos aparentar tener una vida que no tenemos, podemos acabar muy mal. También es significativa en esta parte final la muerte de Don José, el padrino de Isidora, que siempre había estado a su lado, apoyándola y dándole consejos. Quizá Don José muere del disgusto por ver a su amada ahijada en esa situación; pero para mí esta muerte significa la muerte de la conciencia y la moral de Isidora.
viernes, 22 de enero de 2010
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